Esta es mi historia
Siempre me ha gustado ayudar a otros y acompañarlos en momentos de dificultad.
Desde pequeña, me ha apasionado el comportamiento de las personas, los vínculos entre ellas y la relación de una persona consigo misma.
En febrero de 2020, por motivos de salud, tuve que permanecer en reposo, y decidí dedicar mi tiempo a estudiar desarrollo personal. Sin saber dónde me estaba metiendo, me embarqué en la aventura más apasionante de mi vida, que me ha llevado a donde estoy hoy.
Empecé a conocerme. Yo creía que una persona se conocía a sí misma por el mero hecho de existir, pero comprobé que en ocasiones sabemos lo que queremos en el momento presente, pero no tenemos conciencia de por qué actuamos en la vida de una forma determinada; ignoramos por qué reaccionamos ante las cosas de una forma concreta o por qué tenemos miedo a cosas específicas.
Había épocas de mi vida en que tenía comportamientos que no parecían míos. No me gustaban aspectos de mí que me hacían sentirme mal, como la autoexigencia excesiva. Quería controlarlo todo y me generaba sufrimiento y frustración. Era perfeccionista, me lo tomaba todo personalmente, y solía hacer suposiciones de lo que ocurría a mi alrededor.
Uno de mis descubrimientos más grandes fue ver que como es adentro es afuera, y que el mundo exterior era solo un espejo
Me di cuenta de que tenía el poder de crear mi futuro. Vivía dejándome llevar por el día a día y la sociedad. Se nos olvida que somos libres y tenemos poder de decisión sobre nosotros mismos. ¡¡¡Es maravilloso!!! La mejor forma de predecir el futuro es crearlo.
La vida te da la experiencia que necesitas en cada momento para la evolución de tu consciencia
Aceptar los sucesos que me acontecían en el día a día me permitió descubrir la desaparición de mi sufrimiento.
Emprendí la aventura del autoconocimiento. Me formé, leí, estudié, trabajé mi ser, viajé en busca de respuestas, y llegué a convertirme en lo que soy ahora.